El Gran Teatre del Liceu se fundó en la Rambla, en el corazón de la ciudad, en 1847. El teatro de ópera de Barcelona no es sólo un centro cultural y artístico, sino también uno de los símbolos de la ciudad.

En un principio, el teatro de ópera se financió mediante la venta de acciones; la mayoría de las localidades eran de propiedad privada. La sociedad del Liceu eran sus accionistas. Formaron la "Sociedad de Propietarios". Hasta la década de 1880, el programa era una mezcla de sinfonías, teatro, espectáculos de danza y cantatas italianas.

En 1861, el Auditorio y el escenario fueron destruidos por un incendio. El edificio fue reabierto un año después, en 1862, después de haber sido reconstruido bajo la supervisión de Josep Oriol Mestres.

El Gran Teatre del Liceu es un símbolo de la ciudad y de la burguesía barcelonesa, y fue un lugar popular para los movimientos revolucionarios. Así sucedió también en 1893, cuando un atentado anarquista mató a unas 20 personas durante la función inaugural de la temporada.

Durante la Guerra Civil Española (1936-39), el Liceu fue nacionalizado y se convirtió en el Teatre Nacional de Catalunya. Cuando Franco asumió el poder en 1939, fue devuelto a sus antiguos propietarios.

En la actualidad, el Gran Teatre del Liceu ofrece un variado programa de ópera, danza y conciertos. También hay otros eventos y actividades para hacer.