Son seis avenidas, cada una con un nombre y una historia propia: juntas forman un paseo de un kilómetro alrededor de un espectáculo continuo de artistas callejeros, mimos, malabaristas, músicos y vendedores, enmarcado por una gran cantidad de tiendas, bares y restaurantes.
La vida en las Ramblas nunca se detiene, de día y de noche. La parte central de las avenidas es peatonal, siempre llena de turistas atraídos por el ambiente colorido y animado.
El primer tramo desde el norte es la Rambla de los Caneletes, con muchas tiendas de antigüedades, especialmente para los amantes de la música.
La Rambla dels Estudis alberga el colorido mercado de los pájaros y se encuentra cerca del CCCB - Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en el barrio del Raval.
No te pierdas la Rambla de las Flores, con puestos de flores y la entrada al mercado de la Boquería, que ofrece la más sorprendente selección de productos frescos, tradicionales y exóticos.
La Rambla dels Caputxins es llamada comúnmente Rambla del centro, por su ubicación: es un gran punto de encuentro y desde aquí se puede visitar la preciosa Plaza Reyal con la fuente de las Tres Gracias y las farolas de Gaudí.
La Rambla de Santa Mónica es la entrada al puerto, con numerosos edificios históricos e iglesias interesantes, entre ellas la Iglesia de Nuestra Señora del Mar de la Misericordia y la Iglesia de Santa Mónica, con su claustro barroco.
La estatua de Cristóbal Colón marca el final del largo paseo y ofrece la oportunidad de disfrutar de una excepcional vista panorámica desde arriba. Desde aquí comienza el tramo final, la Rambla del Mar, un recorrido que llega hasta el muelle.
A un lado de la Rambla se encuentra el Barri Gotic (Barrio Gótico) con su arquitectura medieval, sus calles y plazas típicas, mientras que al otro lado se encuentra la zona del Raval.